Taco de Hígado: Sabor y Serendipia en Querétaro

“Pide lo que quieras, pero no te vayas sin probar el de hígado encebollado con guacamole y queso. Pero así diles que te lo den: con guacamole y queso. Es mi favorito. Confía en mí, te va a encantar”, así me lo dijo un comensal a punto de irse de una de las incómodas sillasSigueSigue leyendo «Taco de Hígado: Sabor y Serendipia en Querétaro»

De accidentes, lecciones vitales y sobriedades. Reconocer que estamos enfermos de ansiedad.

Tenemos que reconocer que estamos enfermos. La adicción más grande es la del esfuerzo, la de la producción incansable. La ansiedad generada por vivir bien es peligrosa. Te comparto lo que me sucedió recientemente.

Inesperadas confrontaciones académicas o de cómo hay esperanza en la formación universitaria.

Ante la mediocridad formativa, hay momentos de esperanza. Mi profunda ignorancia fue confrontada en un concurso estudiantil de universidades públicas.

Sangrar las tintas. O de cómo mi obsesión por la sangre está cubierta con los rosé espumosos.

Sangrar las tintas. O de cómo mi obsesión por la sangre está cubierta con los rosé espumosos. Recomenación 1524 de bodega Dos Buhos.

Potosina utopía. Tres días de exaltación regional, aprendizaje y amistad gastronómica.

Lo que sentí en el estómago durante la sobremesa trasnochada tras la cena de aniversario del hotel NH en la capital potosina no fue emoción, fue utopía. Esa energía que mueve al universo, de lo que están hechos los sueños, y que es la única forma de tejer el futuro.

Endemoniado sake. O cómo la embriaguez es síntoma de sabiduría y aprecio por la vida.

Más allá de las posturas intelectuales, academicistas o teóricas, bebo por alegría, por construir puentes, por mejorar amistades, por transformar un momento común en algo memorable.

¿Quién paga la cocina mexicana? Dedicado a los clientes y comensales. Mi sentido pésame.

Un kilo de tortillas a casi medio salario mínimo, o restaurantes abiertos por capricho. La cocina mexicana la paga quien tiene dinero. Ya es elitista, clasista e inaccesible.

Clavado en un bar. Sobre las guías, el hambre de sobresalir y la educación mediocre.

Entre los publirelacionistas, la crítica nulificada, y la educación mediocre me siento atrapado en un mundo que parece irse al despeñadero. Clavado en un bar podría encontrar la respuesta.

Cubear como sustantivo y verbo. Cubas en San Luis Potosí.

Los mexicanos tenemos la costumbre de que aquello que nos gusta lo convertimos en un verbo. Una vez verbalizado un acto, procedemos a adverbiarlo sin complicación: bruncheamos rico, enfiestamos duro, o nefasteamos denso. Cubeamos a gusto.