Repensemos nuestra historia
Las tradiciones no son piedra muerta o lapidas inamovibles. Están vivas, se piensan y reflexionan. Nos construyen y nos dan identidad y oportunidad de repensar nuestro papel dentro del espacio histórico que nos toca vivir. Esas tradiciones, como ejemplo los textiles tradicionales, están hechos para repensarse ética, humana y responsablemente.
Esta reflexión se hace a partir de las condiciones tecnológicas e intelectuales que posea la generación en turno y así logra construir una revisión contemporánea de su esencia. De no hacerse bajo el modelo de ética, humanismo y responsabilidad (Triangulo Fundacional del Modelo de Investigacion Gastronomica creado por un servidor) se corre el riesgo de perversiones tan fatídicas que orillarían a la Tradicion a desvanecerse entre las confusiones de la nueva generación.
Las ideas frescas y que promueven el repensar las tradiciones siempre se agradecen, pero no siempre son exitosas. Aquellos que las repiensan en la medida de las condicionantes del Triángulo Fundacional tienen una mayor oportunidad de trascendencia y abono al progreso humano. Aquellos que atentan contra alguno de esos vértices fundamentales pueden construir un panorama futuro confuso, tener un éxito fatuo y fugaz y condicionarse al fracaso, tal vez no el comercial, pero sí el histórico.
Repensemos nuestra historia…
