Los retos siempre significan disciplina, concentración y capacidad de adaptación a las condiciones circundantes para cumplir con los compromisos adquiridos. El 1 de enero de 2016 hice público mi compromiso por escribir al menos un texto diario sobre investigación, innovación y reflexiones sobre cocina mexicana en general. Se trata de una especie de diario en el que se exhiben, de manera práctica y frontal, los pormenores de lo que hoy se llama Universo Investigación Gastronómica.
Después de 100 días puede decirse que el lenguaje utilizado ha beneficiado en la difusión de las actividades del CIG, la manera en que los usuarios en el mundo han participado y se han involucrado también ha mejorado la capacidad de comprensión de lo realizado, y la forma en que ha tomado fuerza esta iniciativa evidencia la necesidad por cultivar espacios de reflexión en los medios digitales.
Es la tercera parte del camino, y puede decirse que es un éxito. Sin embargo, no es sencillo mantener un ritmo informativo, escribir mensajes que simplifiquen la comprensión de la Investigación Gastronómica como disciplina tampoco es fácil, se pierde motivación en el camino, a veces la inspiración se aleja y la necesidad de comunicar el conocimiento a veces se tiene que desplazar por atender actividades de otra índole.
Pero la disciplina es la conciencia de mantenerse en el camino adecuado para lograr metas y objetivos específicos. Y tras 100 días de comunicación el CIG puede decir que ha ganado la capacidad de hacerse presente en diversos lugares, mejorar la difusión de la disciplina, y contribuir en algo a la expansión académica de la gastronomía como ciencia. Pasos cortos, concretos, pero con tal solidez que evitan voltear atrás.
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