Describir sin elogiar 69/366
Todo aquello que el investigador gastronómico produce, de manera escrita o hablada, debe ser filtrado por reglas fundamentales de la comunicación, que son utilizadas en otras ciencias para lograr un alto valor académico de su trabajo. Primero, la información debe estar redactada impersonalmente, es decir, se debe hablar siempre de los fenómenos que se investigaron sin necesidad de hablar desde el “Yo” el “Creo” y una serie de imposiciones lingüísticas que tienen que ver con una personalización del texto que con una necesidad de divulgación.
Luego, la redacción debe estar lo más limpia posible de adjetivos calificativos innecesarios, porque al utilizarlos, lo que hacemos es colar de manera indirecta nuestra subjetividad, abrir el camino de la interpretación innecesaria, y darle al lector información que probablemente será tendenciosa y poco académica.
Por eso, si quieres dedicarte a la investigación cuida muchísimo lo que dices y cómo lo dices. Revisa mentalmente y en silencio lo que piensas de las cosas que estás describiéndole a los demás, para evitar caer en crónicas exageradas, interpretaciones falsas o infladas, o adjetivaciones innecesarias que le darán a quien te escucha una interpretación muy sesgada de la realidad. Describe las cosas hasta el mínimo detalle, pero tu opinión guárdala para cuando concluyas no cuando apenas empiezas a hablar.
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