Vivimos en un mundo global: las comunicaciones dejaron atrás las limitantes físicas y conceptuales, permitieron que se compartiera información en velocidades jamás imaginadas, y la capacidad de respuesta de aquellos para asuntos urgentes pasó de algunos días al tiempo real. En 2016 nada se escapa del foco público si está puesto en redes sociales o compartido bajo algún medio electrónico.
Por ello, es imprescindible tomarse el tiempo para unificar algunos criterios, para compartir opiniones, contrastar con otros las creencias o metodologías, para hacer cosas en común y tal vez encontrar fórmulas conjuntas que resulten en conocimiento mejorable y con propuesta. Y esto tal vez se deba hacer con personas al otro lado del mundo, con diferentes idiomas, visiones de la vida e idiosincrasias.
Entendamos por la unificación de criterios al reconocimiento que debe darse a los avances provocados por otros, y que puedan incrementar el valor de lo que se sabe o se cree que se sabe. Las herramientas de otros pueden ser útiles en el valor propio, y viceversa, porque tal vez los caminos que algunos recorrieron nosotros estamos a punto de recorrerlos y eso nos evitaría tal vez alguna caída, ahorraría tiempo y mejoraría las posibilidades de desarrollo global.
La unificación de criterios no se trata de que todos hagan las cosas iguales, sino de hacerlas reconociendo el trabajo de los demás en beneficio propio y de todos, y que nuestro trabajo sirva de sustento o apoyo de otros. Al final, siempre se trata de compartir.
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