En la comprensión popular, se dice que el agradecer no empobrece, y engrandece a quien lo ofrece y endulza a quien lo recibe. El agradecimiento es parte fundamental de la investigación gastronómica para cerrar con éxito el proceso, para cumplir con los valores de Ética, Humanismo y Responsabilidad, y para dejar abiertas las puertas para posibles nuevas investigaciones.
Cuando investigamos, la gente comparte sus conocimientos, nos regala sus formas de entender la vida a través de recetas o técnicas determinadas, y nos permite mezclar su mundo con el nuestro. Por tantos favores recibidos, por tanta información obtenida y por tantas puertas abiertas, es necesario el agradecimiento como una manera de comenzar a cerrar círculos, de establecer nuevos diálogos tras terminar la investigación y dejar abierta la puerta para regresar en caso de que lo necesitemos.
Agradecer a quienes nos comparten conocimiento es una forma de crecimiento personal y profesional que parece insignificante al principio pero que con constancia se convierte en hábitos inmejorables.
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