Cada acción, decisión, pensamiento, palabra o publicación genera consecuencias; buenas o malas, pero siempre existirá un resultado que beneficia o perjudica a los involucrados. Como en la vida: a toda acción corresponde una reacción con la misma fuerza pero en sentido contrario.
Esta ley universal de la Física es aplicable a la investigación gastronómica. Todo lo que haces antes, durante y después de terminar un trabajo debes considerarlo como parte de tu quehacer, y debes estar consciente de sus posibles consecuencias. En caso de existir esas consecuencias, tienes la obligación de revisar lo hecho, de confrontar tus errores o aciertos, de asegurarte que pueden existir maneras de reparar lo generado.
La Ética, el Humanismo, y la Responsabilidad son los valores fundamentales de toda la investigación, son los principios rectores de toda actividad, son la forma de asegurarse que todo lo que se hace promueve el bienestar o la neutralidad, de que todo aquello que se investiga no resulta dañado. La mejor manera de responsabilizarse de lo hecho es planear –con mucha reflexión y conciencia- las decisiones, acciones y movimientos que haces al investigar. En investigación gastronómica como en la vida, más vale prevenir que lamentar.
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